Es probable que en muchos hogares encontremos al menos un ejemplar de la Biblia. Algunas veces producto del trasfondo religioso cultural de nuestra patria, otras por convicción de que su mensaje es pertinente para la vida cotidiana, sea a nivel personal, familiar o social. Podríamos decir que es el libro más vendido a lo largo de la historia en los países occidentales, …pero no quiere decir que sea el más leído, y mucho menos que su mensaje sea puesto en práctica en la vida de sus lectores.
Nos debemos preguntar: ¿cuál es la razón por la que la Biblia sea un libro tan vendido? Para algunos es un libro que nos provee de sabiduría oriental: libro de Proverbios. Para otros puede ser un libro que nos plantea una filosofía de vida centrada en Dios: libro de Eclesiastés. Otros pueden pensar que nos permite contar historias magníficas de personas increíbles: libro de Jueces (Sansón y Dalila), Ruth o Jonás (por ejemplo). Y otros más pueden pensar en otro personaje del libro: Jesucristo.
En muchos países en el mes de Setiembre se celebra el mes de la Biblia. ¿Por qué Setiembre es el mes de la Biblia? Trataremos de acercarnos a la razón de esa celebración, esa conmemoración, pero primero intentaremos presentar las razones de porque la Biblia ha sido y es objeto de una celebración de esa dimensión.
¿Qué es la Biblia?
En términos puramente materiales la Biblia es una colección de escritos, con distintos géneros literarios, con distintos contribuyentes humanos en un horizonte temporal aproximado de 1550 años. Pero esos elementos no son los más determinantes ni importantes para recordarla una fecha especial. Algunos podrían pedir la misma consideración hacia Miguel de Cervantes Saavedra y su obra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (también se celebra su efeméride).
La importancia de la Biblia se debe a que es la Palabra de Dios expresada en palabras humanas. Si el solo hecho de ser una obra compuesta, en un rango temporal muy grande, no es suficiente para llamar nuestra atención a la Biblia, la afirmación de ser el mensaje de Dios a la humanidad debería serlo. Y se trata de una afirmación que no surge de mentes religiosas, sino de una nación (Israel) que tuvo una vivencia espiritual muy cercana con Dios a lo largo de su historia.
En sus dos partes principales (Antiguo Pacto y Nuevo Pacto), compuesta por 66 libros reúne el único mensaje de Dios para la humanidad: los seres humanos pueden alcanzar salvación en Jesucristo, únicamente en Él. La Biblia es un libro salvífico, esa es la particularidad. La singularidad del libro es que nos muestra la condición humana y la obra de Dios en nuestro favor: condenados por el pecado, salvados por Cristo.
¿Cómo se escribió la Biblia?
La Biblia es un libro único en el mundo. Tiene un autor: Dios. Pero a lo largo de 1550 años (aprox.) los autores humanos suman unos 40, provenientes de distintos trasfondos personales, familiares, sociales o políticos. Además, se escribió en diferentes idiomas: hebreo el antiguo pacto (con algo de arameo) y en griego el nuevo pacto. Tenemos en ella también distintos géneros literarios donde predominan la prosa y la poesía con distintos subgéneros. Y habiendo sido escrita materialmente por los hombres, su origen está en Dios mismo, quien la inspiró.
Siendo escrita en tres continentes por diversas personas a lo largo de dieciséis siglos fue preservada por Dios de manera providencial y asombrosa. Por ello, a pesar del tiempo transcurrido desde la primera revelación hasta la última, los distintos materiales en los que fue escrita, fue preservada de manera extraordinaria para que la humanidad pudiese tener acceso a su mensaje y responder a él, en la medida que el Espíritu Santo obre en el lector u oyente.
¿Cómo llegó a nosotros?
La iglesia en sus primeros siglos reconoció el canon de la Escritura. Muchas veces se dice que estableció el canon, como si tuviese mayor poder; la iglesia no hizo sino reconocer el carácter autoritativo y divinamente inspirado de los escritos que dieron sustento y sustancia a la existencia de la propia iglesia. La Iglesia existe por las Escrituras, no al revés.
El canon del antiguo pacto fue “heredado” de los judíos, los escritos del nuevo pacto fueron coleccionados para instrucción de la iglesia. Y eso tiene origen en el propio mandato misionero del Señor: para hacer discípulos de Cristo debía tenerse el material para usar en el discipulado. En la medida del transcurrir del tiempo y la aparición de otros idiomas se hizo necesaria la traducción de los textos del hebreo y griego a las lenguas vernáculas. Ese fue uno de los logros principales de la Reforma Protestante; recordemos que los reformadores impulsaron esa tarea.
Celebramos el mes de la Biblia en Setiembre, porque el 28 de Setiembre de 1569 los hispano hablantes tuvimos la Biblia en nuestro idioma, obra de Casiodoro de Reina, revisada en 1602 por Cipriano de Valera (la denominada Biblia del oso, por el diseño de la carátula). Antes de esa fecha la Escritura se tenía en latín solamente, de manera que el pueblo no tenía acceso directo a la Biblia, sino a través de la mediación sacerdotal.
La traducción a los idiomas vernáculos permitió que los pueblos pudiesen tener acceso directo al mensaje de Dios; el libre examen de las Escrituras fue posible gracias a ese esfuerzo enorme. Hoy tenemos variedad de traducciones, versiones y presentaciones. Podemos decir con gratitud a Dios que el trabajo iniciado por Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera ha dado frutos abundantes para la gloria de Dios.
Conclusión
Palabra de Dios en palabras humanas, así se podría resumir lo que es la Biblia; esa es una buena razón para expresar nuestro júbilo por disponer de un ejemplar de ella para nuestra nutrición y desarrollo espiritual. A pesar de la distancia temporal entre el primero de los autores (Moisés) y el último (Juan) el mensaje es uno sólo: Cristo es la solución a la tragedia humana.
Podemos terminar parafraseando una frase que circula por redes sociales: Si no lees la Biblia no pasa nada, pero si la lees tu vida cambiará; ya no vivirás la vida que Dios te dio en relación a tus deseos sino para la gloria de Dios.
¡Dios tenga misericordia de nosotros y Su Palabra siga sirviendo a Sus propósitos salvíficos!