7 maneras en que los pastores pueden ayudar a integrar la fe y el trabajo
Por: Walter R. Strickland II y Benjamin T. Quinn
Fuente: Coalición por el Evangelio
Los líderes de la iglesia juegan un papel importante en ayudar a los cristianos a comprender su papel como ministros en la administración de Dios sobre todas las cosas.
Estas son siete sugerencias sobre cómo los pastores podrían considerar su rol pastoral en relación a los trabajadores en la congregación.
1. Reconsidera “equipar a los santos”
Cada miembro es un ministro (Ef 4:11-12). Tienen dones para los negocios, la educación, el liderazgo, la carpintería, el arte, las tareas domésticas, entre otras; todas las áreas que caen dentro del ámbito del reino de Cristo y que necesitan de santos dotados que pongan en práctica las formas del Rey. ¿Debe el pastor convertirse en un experto en las vocaciones de sus miembros? No, pero él podría considerar “equipar a los santos” teniendo en mente el cubículo del lunes, no solo el grupo pequeño del lunes por la noche.
2. Incluye a todos los creyentes en la lista ministerial
En su carta a los Corintios, Pablo enfatiza que cada miembro es un ministro en el cuerpo de Cristo (2 Co 5:18). Sin embargo, en muchas iglesias todavía hay una brecha entre el púlpito y las sillas. Esta división puede y debe reducirse recordando a todos los santos su papel como ministros cristianos en sus lugares de trabajo.
Esto significa que la naturaleza sagrada del domingo se extiende de lunes a sábado, dando forma a cada hora del día, cada lugar y actividad. Celebramos el trabajo como algo intrínsecamente bueno y significativo, no simplemente como un medio de evangelización y misiones. Compartir a Cristo con los compañeros de trabajo es fundamental, pero también debemos apreciar la excelencia cristiana, la mayordomía y la fidelidad en las responsabilidades vocacionales del creyente.
3. Enfatiza la excelencia en el trabajo
Considera este pensamiento de Dorothy Sayers en Why Work? (¿Por qué trabajar?):
“De la carpintería de Nazaret nunca salió, me atrevo a jurar, patas de mesa torcidas o cajones mal ajustados. Tampoco, si es que hubiera pasado, alguien creería que fueron hechos por las mismas manos que hicieron el cielo y la tierra. Ninguna piedad del trabajador compensará el trabajo que no es fiel a sí mismo, porque cualquier trabajo que no sea fiel a su propia técnica es una mentira viviente”.
4. Visita a tus miembros en su trabajo
¿Qué puede indicar tanto respeto y aprecio por el trabajo de un miembro como una visita pastoral a la misma aula, concesionario, almacén o a la granja? Los pastores están mucho mejor equipados para ofrecer palabras de sabiduría en circunstancias complicadas cuando conocen los lugares de trabajo de sus miembros. Considera la posibilidad de incluir tiempo en tu horario semanal para visitar un lugar de trabajo por semana y conocer el trabajo y el ministerio de tus santos.
5. Mira el gran sistema administrativo de Dios
Si es cierto que los santos, que no son pastores, están en el ministerio, y si es cierto que Cristo creó todas las cosas y tiene autoridad sobre todas las cosas, ¿cómo están participando en la misión de Dios las diferentes vocaciones representadas en nuestra congregación? ¿Cómo promueve cada trabajo todas las cosas buenas, verdaderas, hermosas, justas, correctas y sabias, tanto espiritual como físicamente? Hacer y responder estas preguntas revela el significado y el valor intrínseco de las vocaciones. ¡Qué servicio ofrecemos a nuestros hermanos en la fe cuando les ayudamos a ver por qué su trabajo es importante!
6. Ora por los santos en todas las vocaciones
Las iglesias a menudo oran por los misioneros y los plantadores de iglesias cuando son enviados a servir a otras personas y lugares. Pero, ¿por qué rara vez oramos por el resto de ministros de la congregación? No estamos sugiriendo que las iglesias suspendan la oración pública por pastores y misioneros, sino que simplemente incluyan la oración por mecánicos, carteros, oficiales de policía, bomberos, artistas, políticos y educadores mientras ellos también cumplen con sus deberes ministeriales. Mientras una iglesia en Carolina del Norte oraba recientemente por los maestros de las escuelas públicas, las lágrimas llenaron los ojos de varios hombres y mujeres fieles que se preparaban para regresar a sus ministerios en el aula.
7. Ayude a las personas a hacer conexiones
Existen docenas de buenos libros, sitios web y centros para promover la integración de la fe y el trabajo. Pero no nos detengamos con recomendaciones. Considera cómo infundir estas discusiones en la vida de tu iglesia a través de la escuela dominical, grupos pequeños, aplicaciones de sermones y misiones.