¿Lo sabía usted?
- Su padre le dio por nombre Dawson por el impacto que había causado sobre su propia vida ¡un ateo del mismo nombre!
- Finalmente, su padre se convirtió a los setenta y ocho años de edad, tras una vida de indiferencia al evangelio.
- Durante años Trotman cultivó la disciplina de memorizar un versículo por día.
- Dawson escribía los versículos que memorizaba en pequeñas tarjetas que llevaba con él a todas partes. Este método eventualmente se convirtió en el Sistema Tópico de Memorización.
- El ministerio de Los Navegantes nació cuando Trotman constató que muchas de las personas que había evangelizado no crecían en su fe. Entendió, entonces, que urgía darles un seguimiento personal.
- Los primeros trabajos de Dawson Trotman con marineros permitieron que los principios del discipulado se difundieran en la milicia de manera exponencial, precisamente cuando Estados Unidos entró a la Segunda Guerra Mundial.
- Trotman amaba profundamente a las personas. Con frecuencia volvía a casa con la billetera vacía, por haber ayudado a los necesitados que se le cruzaban por el camino.
- Trotman se propuso probar las promesas del Señor, por eso, cada día oraba por su cumplimiento. Luego de unos meses se asombró de la transformación que experimentaba en su vida y ministerio.
- En la década de los cincuentas, Billy Graham le pidió a Dawson Trotman que lo ayudara a darles un seguimiento a las miles de personas que entregaban su vida a Cristo en las cruzadas. Dawson asignó a hombres claves para que ayudaran Graham a elaborar material y a capacitar a los trabajadores.
Un hombre común
El ministerio de Los Navegantes comenzó en la década de los treintas, cuando este joven trabajador de un almacén de maderas de California tuvo una visión. Después de apreciar los beneficios de los principios básicos del discipulado en su propia vida, Dawson Trotman quiso enseñárselos a los demás. El versículo que lo inspiró fue 2 Timoteo 2.2: «Me has oído enseñar verdades, que han sido confirmadas por muchos testigos confiables. Ahora enseña estas verdades a otras personas dignas de confianza que estén capacitadas para transmitirlas a otros» (ntv).
La conversión
Trotman se destacó mucho en la escuela secundaria. Era el primero de su clase, presidente del cuerpo estudiantil, director del consejo estudiantil y capitán del equipo de baloncesto. Sin embargo, años más tarde, la vida de Trotman se desvió peligrosamente por su afición a los juegos de azar y a la bebida.
Una noche, una charla con un policía local lo impulsaría hacia su encuentro espiritual con Jesucristo. Trotman se encontraba alcoholizado y no lograba encontrar su auto. Entonces, un policía lo detuvo en un parque de diversiones. Afortunadamente, el oficial vio en él un problema más importante que el alcohol.
«Hijo, ¿te agrada la vida que llevas?» —le preguntó el oficial—. «Señor, la detesto.» —afirmó Trotman—. El policía le devolvió las llaves de su auto y lo animó a cambiar su estilo de vida.
Dos días más tarde, Trotman asistió a una reunión de jóvenes en una iglesia local donde se llevaban a cabo concursos de memorización de las Escrituras. Debían recordar diez versículos acerca de la salvación, y Trotman fue el único del grupo que consiguió memorizarlos para la reunión de la semana siguiente.
Luego de algún tiempo, uno de los versículos acerca de la salvación se iluminó en su mente. Fue entonces que le pidió a Cristo que cambiara su vida. «Oh Dios —manifestó—, lo que sea que signifique recibir a Jesús, eso mismo quiero hacer ahora».
Comienzos en el ministerio
Trotman dedicó los próximos años de su vida a la evangelización personal intensiva y mantuvo una vida disciplinada de oración. Como ya era su costumbre, dedicó su atención a absorber de manera intensa la Palabra de Dios.
En 1934, Trotman fue a visitar a un marinero, Les Spencer, para compartirle la Palabra de Dios. Betty Skinner, autora de Daws, biografía de Trotman, describió la escena: «Estaban dentro del auto, al lado de una escuela, y se habían concentrado en la lectura de las Escrituras. Un guardia de seguridad se les acercó y les preguntó qué hacían: “Leemos la Biblia” —le respondió Trotman y aprovechó la oportunidad para testificarle. Dawson lo llevó de un pasaje a otro, le explicó el evangelio y respondió a todo lo que el desventurado guardia le cuestionaba. En el camino de regreso, Spencer le confesó: “Muchacho, entregaría mi brazo derecho con tal de saber utilizar la Palabra de esa misma manera”».
Spencer le predicó a otra persona acerca de Cristo, que a su vez condujo a la salvación a otros. Nació el ministerio de discipulado de Los Navegantes, y el proceso para ganar y discipular a las personas para Cristo continúa hasta hoy en todo el mundo.
La memorización y la meditación
La experiencia de conversión de Trotman se basó en la memorización y en la meditación sobre la palabra de Dios. Era un discipulador de hombres, porque él mismo fue discipulado por primera vez por Dios a través de las Escrituras. Su énfasis en la memorización de la Palabra, organizada por temas, sigue siendo en la actualidad parte del plan de estudios de Los Navegantes.
Trotman creía que la memorización de las Escrituras y la meditación regular eran fundamentales para experimentar una vida cristiana abundante. El salmista «atesoraba» la palabra de Dios en su corazón (Sal 119.11) y meditaba las Escrituras «día y noche» (Sal 1.2). La manera en que él abordó la disciplina de la memorización no fue legalista. Él entendía que el Espíritu de Dios debe crear el deseo y la voluntad para extraer los tesoros de su Palabra. Cuando plasmamos la palabra de Dios en el corazón, nuestra mente se renueva y se prepara para enfrentar tentaciones, retos y adversidades desde la perspectiva de la verdad de Dios. La verdad nos hace libres, y cuanto más atesoremos la Palabra en el corazón, más nos pareceremos a Cristo.
Una vida dedicada al servicio de Dios
Billy Graham predicó en el funeral de Dawson Trotman en 1956, después de que Trotman muriera mientras rescataba a un nadador en un lago al norte del estado de Nueva York.
«Creo que Dawson Trotman ha alcanzado más vidas que ninguna otra persona que yo haya conocido» —resaltó Graham. El evangelista resumió la vida de Trotman de esta manera: «Dawson amaba la palabra de Dios. Creo que, más que ninguna otra persona, fue él quien me enseñó a amarla. Siempre llevaba su Biblia con él y siempre la tenía marcada. La palabra de Dios era dulzura para él».
La influencia de Los Navegantes desde entonces ha crecido mundialmente con cerca de tres mil seiscientos obreros que trabajan en cien país representando sesenta nacionalidades. En el corazón de Trotman y en su ministerio siempre prevaleció la importancia del discipulado de los creyentes en Cristo: formar a las personas en disciplinas espirituales como la oración, adoración, estudio bíblico y servicio.
Principios dignos de imitación
- La Palabra posee un asombroso poder para transformar la vida de quien la atesora. Invertir tiempo en el estudio diligente de ella será siempre una disciplina productiva.
- Ninguna persona conoce cuál es la longitud de su vida. Trotman perdió la suya en el momento más intenso de sus labores para Cristo. Es vital sacarle el máximo rendimiento a cada día de vida que recibimos.
- Las herramientas más efectivas para el ministerio resultan de las experiencias que han transformado primeramente la vida del líder.
- La oración diligente es el fundamento sólido que sostiene la posibilidad de que a un siervo se le confíe un ministerio de mayores proporciones de las que había soñado.
Usado con permiso de Desarrollo Cristiano Internacional
Fuente: http://desarrollocristiano.com/dawson-trotman-1906-1956-pasion-por-hacer-discipulos/
fantástico post, comprensible de leer, que bueno leer así, gracias
admin ;-).
Genial disfrute leer la vida disciplinada y apasionada de este heroe de la fe. Inspiro la mia mas !!
Gracias por esta lectura. Cada ves que oigo o leo de alguien que le gusta la meditación bíblica. Quiero saber cómo lo hacía para aprender más de ello.